La iluminación espiritual no es lo que creesSiendo verdad que han existido muchas respuestas y diversas formas para justamente responder de la forma más precisa posible a esta pregunta, curiosamente, no hay respuesta que alcance o pueda satisfacer del todo a esta interrogante.
Sin embargo, me acercaré de la forma más completa posible para responder a esta tremenda pregunta. La Iluminación Espiritual en estos días ya no tiene nada de iluminación y menos de espiritual. Entonces, resulta en una pregunta y a su vez una idea completamente invertida. Es el principio luciferino porque ha sido enfatizado como un despertar a nivel personal (desarrollo personal) y dirigido hacia la cabeza y no hacia el corazón (nuestro centro) que es donde realmente debería estar centrada la vivencia en sí. Ahora para responder a esta gran pregunta solo puedo decir que la iluminación no es más que una vivencia atemporal y por lo mismo es instantánea. Esta vivencia en sí consiste en darnos cuenta de forma instantánea de los siguientes factores: No somos un individuo. No somos una persona. No somos ego. No somos un alma. No somos un espíritu. No somos una mente. No somos un pensamiento. No somos las emociones. No somos los sentimientos. No somos consciencia. No somos antes de la consciencia. No somos supra-consciencia. No somos un rayo de luz. No somos Dioses. No somos creadores o co-creadores. No somos salvadores. No somos Cristo. No somos la luz de gracia. No somos semilla estelar. No somos ni tenemos un origen estelar. No somos niños Índigo, cristal o arcoiris o lo que sea. No somos llamas gemelas y almas gemelas. No somos trabajadores de la luz. No somos portadores de la luz. No somos El Buda. No somos filósofos. No somos extraterrestres, ni terrestres. No somos Ángeles de la tierra. No somos el niño interior. No somos la Fuente. No somos energía. No somos vibración. No somos luz. No somos espirituales. No somos el observador. No hay nada ni nadie que ilumine. Simplemente no somos nada (neti, neti; ni esto, ni aquello) A simple vista estos factores basados en un rotundo y radical No nos llevarían a una tremenda decepción en comparación a lo que se cree y se piensa lo que es la iluminación en sí, sobre todo a través de las diversas corrientes, movimientos, tendencias modernistas y por excelencia la New Age. La iluminación es simplemente darnos cuenta que no somos nada de lo que he nombrado en la lista y que lo único que se puede vivir es lo Absoluto. En resumidas cuentas, somos El Absoluto. La iluminación es darnos cuenta que podemos resonar, vibrar o alinearnos con nosotros mismos (Absoluto). Pero, lo más fundamental y esencial es darnos cuenta que podemos vivir todo esto sin la creencia de que somos algo de todo esto (me refiero a cada ítem en la lista anterior). Cualquier persona o individuo puede decir que está vibrando o en sintonía consigo mismo, pero mientras este el personaje/ego aún presente, es justamente este personaje el que podría creer que tiene que resonar o alinearse consigo mismo (personaje/ego). Esto significa que este darse cuenta implicaría una resonancia con lo que realmente somos (Absoluto) y a su vez una disponibilidad para que esta resonancia con uno mismo sea constante y por ende se manifieste una transformación y transmutación de nuestros vehículos (ascensión). Darnos cuenta que no somos ni esto ni aquello, neti-neti como dicen los Hindúes. Porque al fin y al cabo, no existe un otro y jamás existirá. Somos eso, somos Uno y lo Único y nada más que eso… Un simple Es. Pero para vivir este simple Es, tal como dice la palabra, hay que vivirlo. No basta con saberlo intelectualmente, teóricamente o a través de una experiencia efímera y fugaz o una enseñanza, por más elevada que esta sea. Hay que vivir este darnos cuenta o impactante acontecimiento. Hay que vivir este reconocimiento de nuestra verdadera y auténtica naturaleza Absoluta. Vivir esta loable admiración por uno mismo eternamente. ¿Por qué no somos ni esto, ni aquello? Porque lo único que existe es lo que somos. El resto de las cosas que aparentemente podemos ver, oír, tocar, sentir, no existen como tal, son solo pensamientos, ideas, creencias de que son algo real, conceptos basados en la aparente dualidad que nos llevan a pensar y creer que existe un otro o una cosa con la cual podríamos relacionarnos o interactuar. La iluminación es darnos cuenta que el que se alinea consigo mismo es El mismo (truco) y que en resumidas cuentas es El Absoluto quien permite todo, incluso el viejo truco de la dualidad (sujeto-objeto). Misael Godoy Booth.
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