Una Gran Duda

¿QUÉ HACER, QUE NO HACER?

​A través de diversos escritos y fragmentos he cuestionado la posición de muchas personas que se dedican a diversas actividades dentro del rubro de lo “espiritual”.
 
Este cuestionamiento diario no es para que se limiten o dejen de hacer ciertas cosas, todo lo contrario, es para incentivar a las personas a ir más allá de sus creencias más allá de sus hábitos, sean ritualísticos, alimenticios, mecánicos, técnicos o de sistemas que se estén aplicando a diario.
 
Importante es dar una mirada y presentar una observación desde la coherencia en el sentido más estricto de la palabra. Para darles un ejemplo puntual… Muchas personas estuvieron hablando sobre el pelo largo y crecido, que muchas personas en la antigüedad se dejaban crecer el pelo porque de esta manera funcionaba como una especie de antena, algo completamente ridículo, porque los monjes tanto Tibetanos como Budistas se rapan al cero para facilitar la “iluminación”.
 
También podemos dar otro ejemplo como en la época de Jesús, donde la mayoría se cortaba el pelo para prevenir los piojos y liendres, por tal motivo el hecho de que Jesús hubiese tenido el pelo largo, es un gran mito.
 
Sin embargo este artículo está basado en las cosas que ustedes pueden hacer sin problema alguno, siempre y cuando se respete el siguiente aforismo: “primero el reino de los cielos y todo lo demás se dará por añadidura”.
 
Significa que antes de canalizar un Anciano, un Arcturiano, una divinidad, un rayo de algún color determinado o lo que sea, incluso llamar o invocar sea desde un aspecto masculino o femenino, es de imperiosa necesidad avocarnos a nuestro interior de forma permanente y profunda.
 
Profundizar en nuestro interior dándonos cuenta con el paso del tiempo que somos ese interior y esa luz que posee su propia inteligencia, es de imperiosa necesidad.
 
Claro está que cada cual puede hacer lo que le plazca en su vida y si no desea ir a su interior porque considera que no es el tiempo de hacerlo, es libre en ese sentido, completamente libre, aunque ante cualquier acción inadecuada por más inconsciente que parezca… Cada cual responderá ante esas acciones y tendrá que asumir sus irresponsabilidades con responsabilidad.
 
Este miércoles después de dejar a mi hermana en el terminal, me fui caminando recorriendo varias calles, permitiendo que la luz hiciera lo suyo, llegue al terminal de Universidad de Santiago y cruce llegando a unas calles traseras, en eso me doy cuenta que dos mujeres estaban discutiendo bastante a punto de golpearse, ¿que hice?, permití (jamás use la intención o el forzar), para que luz de color rosa mesclada con blanco cayeran sobre ellas, en términos más románticos, fueron bañadas por estas energías y la efectividad una vez más de todas las veces que lo he hecho desde pequeño, fue absoluta.
 
Entonces a eso quiero ir, al punto de que puedes utilizar la energía que desees en el buen sentido de la palabra, energía violeta, blanca, verde para la sanación o lo que sea, pero hay que saber hacerlo, no se trata de intencionar, forzar, invocar, evocar, aplicar una técnica y tampoco canalizar, es mucho más que eso.
 
Para hacerlo bien primero se debe aplicar la tranquilidad, profundizar en ella y que esta sea una constante, hasta vivir de la mejor forma posible la a – temporalidad y desde ahí en adelante, estarías en posición de encausar la luz (jamás canalizar), para que esta obre adecuadamente.
 
Misael Godoy Booth.