Él Crísto en estos tiempos

¿CÓMO VIVIRÍA ÉL CRÍSTO EN ESTOS TIEMPOS?

​Es curioso que muchas personas mistifican tanto la presencia del Cristo, como aquellos personajes que han permitido que este se manifieste.
 
Cuando nos referimos al Maestro Jesús – Cristo, inmediatamente surge una especie de adoración y endiosamiento, que trastocaría cualquier tipo de buena y transparente fe.
 
Esta actitud de parte de las personas para un personaje histórico y una “Entidad – Cualidad”, como Él Cristo, es por la falta de conocimiento verdadero y la separabilidad que existe respecto a la auténtica unidad y la falta de exploración de la naturaleza esencial.
 
Significa que mientras las personas estén identificadas con la “Mente – Ego”, verán al Maestro Jesús y al Cristo, de forma separada de sí mismas.
 
Esta separación es fundamental el comprenderla para llegar a darnos cuenta que Él Cristo está presente en todos los humanos.
 
No existe humano que carezca de la capacidad de permitir que una cualidad como esta, se manifieste en algún momento de sus vidas.
 
Cuando una persona reconoce su naturaleza esencial y comienza a profundizar, es en ese momento cuando el Cristo se manifiesta y es evidente ante la naturaleza del universo.
 
Sin embargo tal mistificación y endiosamiento, impide dos cosas:
 
La primera, es que la persona no se sienta merecedora de poder reconocer su naturaleza y menos aún permitir que Él Cristo se manifieste, asumiendo que este último estado no se podrá dar sin el primero.
 
La segunda, es el hecho de que es un imposible que una persona lleve una vida ordinaria común y corriente con él Cristo a cuesta.
 
Todo esto se da por una tremenda mala interpretación basada en la ignorancia.
 
Si deseamos acercarnos un poco más a la realidad, lo mejor que podemos hacer es indagar en mi propia experiencia, significa que no hay mejor testimonio que Misael para decirles si es posible llevar una vida como cualquier ser humano o esto es una realidad que escapa a toda lógica.
 
Les puedo decir que vivir de manera Crística es lo más hermoso que le puede suceder a una persona, pero esto no cambia nada en el sentido ordinario de lo que la vida nos lleva a hacer.
 
Significa que llevo una vida como cualquier otro, mi cuerpo come, se asea, camina, cuando debo pagar las cuentas lo hago, bailo, escucho música, trabajo, tomo el metro, me relaciono con los demás, si hay que comprar algo lo hago y así sucesivamente.
 
Nada escapa a la realidad que estamos llevando en el día a día, si esto no es concebido por las personas, entonces han caído en un tremendo error.
 
He aquí el hecho de creer en un cielo distinto y una tierra distinta, cuando la verdad se encuentra más cerca de lo aterrizado que implica ver las cosas y no por meras ilusiones fantásticas, que la misma “New Age”, nos ha hecho creer.
 
Si tengo que firmar un papel voy y lo hago pero no es el ego o la mente el protagonista principal que está de por medio para ir y firmar tal documento, no, claro que no, es Él Cristo el que estaría presente, en primera persona y el papel sería convenientemente firmado, como cualquier otro documento y diligencia, llevada a cabo.
 
Por tal motivo han de saber que todo lo que les estoy compartiendo en este escrito es una realidad y algo tan natural como beber agua del grifo.
 
Claro está que uno habla, mira y gesticula de forma bastante diferente en comparación a la parte personal de los demás humanos, pero esto no impide llevar una vida completamente ordinaria y simple.
 
Si tienen preguntas y dudas al respecto, soy todo oído para responderlas, basándome en mi experiencia.
 
Desde ya muchas gracias, que la llama del fuego ígneo los liberen de las ataduras del ego y la mente.
 
Misael Godoy Booth.