Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendidos, nuevos dioses, nuevas falacias. Parte 3. EN 5 MAYO, 2016 POR RAMÓN E. MORALES C. Esta es una serie de artículos dedicados a comentar los detalles del nacimiento de un mito moderno, un mito sobre seres maravillosos, dotados de poderes sobrenaturales, que ahora cuenta con el apoyo de una cantidad impresionante de grupos y sectas del movimiento llamado Nueva Era [1]. Es un tema complejo. Si no ha leído los artículos anteriores, le sugiero comenzar por [abrirá en otra ventana]: Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendidos, nuevos dioses, nuevas falacias. Parte 1. y luego Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendidos, nuevos dioses, nuevas falacias. Parte 2, para que pueda seguir el hilo de estas argumentaciones. En el artículo anterior expusimos de manera muy general el panorama que permitió el nacimiento del mito de los Maestros Ascendidos y señalamos la importancia de las traducciones de Conny Méndez para la expansión de la falacia en América Latina y en el mundo hispanohablante. No obstante, las dimensiones y vueltas que da el asunto en cada país son tantas que reconocemos que este tema requiere un estudio más extenso. Cuando en 1995 aproximadamente formé parte de un grupo que recibió charlas sobre los Maestros Ascendidos, según la línea de instrucción de Conny Méndez, todo aquello era una sopa ecléctica de información, interpretación y religión comparada o, mejor dicho, religión mezclada. Me tomó el esfuerzo de muchos años y el contacto más o menos fortuito de personas más razonables que yo, para poder desenredar la cuestión y lograr una visión más profunda del fenómeno [2]. Si bien el Movimiento Teosófico ya tenía una carga de intención ecléctica en su interpretación de las religiones y de la espiritualidad humana, y a pesar de que el Movimiento YO SOY construyó una doctrina más o menos homogénea acerca de los nuevos dioses ascendidos, a partir de 1930 la tendencia especulativa e imaginativa estalló por todo el mundo produciendo la “mezcla” de doctrinas y “escuelas”. Para finales del Siglo XX, la dimensión del mito tenía muchas caras, muchos mensajeros, muchos seguidores e interpretaciones. Esa fue la “sopa” con la que tuve que lidiar en los 90´s. Con mucho, el panorama ahora ofrece más sofismas, más falacias, más sectarismo. De ahí la necesidad de escribir artículos como éste que hagan caer el telón tenso que los seguidores han tejido sobre el tema. Es necesario desenmascararlo, poner las mentiras en evidencia, por el bien de la libertad de pensamiento de las generaciones futuras. |
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