Tercera parteEn los dos primeros artículos se muestra una reseña o síntesis, del origen de estos maestros, sin embargo, ahora veremos a través de un pequeño listado, quienes fueron en la realidad y, por último, hemos de terminar con una conclusión, adecuada al contexto. Cómo llega Saint Germain a ser Avatar de la metafísica En 1784, luego de su muerte, el último protector del conde, el príncipe Charles de Hesse-Cassel da órdenes a un seguidor de hacer circular el rumor que el conde de Saint Germain, está vivo y aumenta el mito, quemando todos sus papeles, "para que no fueran mal interpretados". Casi un siglo más tarde, el emperador Napoleón III (1808-73) obsesionado por la historia del misterioso personaje, creó una comisión especial para investigar la vida y los actos del mismo. En el año 1871, estas investigaciones fueron devoradas por el incendio del Hôtel de Ville de París. Este hecho, motivaría a los seguidores del conde a tejer todo tipo de conjeturas y atribuirle al siniestro características no eventuales. Creencias de los adeptos a las sectas de metafísica La metafísica cristiana, es una secta sincrética. Toma creencias y filosofías de anteriores sectas ocultistas occidentales como la teosofía y la rosacruz, que a su vez son derivaciones del espiritismo kardeciano. Todas estas se caracterizan por la fusión de ideas orientalistas ( reencarnacionismo, vegetarianismo, karma, etc. ) con cristianismo gnóstico o esotérico. ¿Pero quiénes son realmente los supuestos maestros ascendidos? Estos supuestos maestros, fueron personajes históricos, salidos de la mente comercial y psicótica de Helena P. Blavatsky. La teosofía, es una secta fundada por madame Blavatsky, casada de muy joven con un anciano acaudalado y ex militar ruso. Luego de enviudar, se dedicó a la aventura y a viajar por varios países, entre ellos la India. De regreso a Europa, se vinculó con el espiritismo kardeciano. Luego de varios escándalos por fraude, se alejó del espiritismo, suponiendo que la comunicación con los espíritus era una equivocación. Los entes con quien ahora se comunicaba, ya no eran muertos sino maestros que habitaban en una ciudad subterránea en algún lugar del Himalaya. Con el correr del tiempo, las investigaciones de los servicios de inteligencia del Reino Unido de Gran Bretaña, comprobaron que madame Blavatsky, fue agente de contraespionaje, ya que era espía inglesa. Estos maestros fueron en realidad personas que se oponían a la colonización británica en la India. Las enseñanzas de estos personajes, fueron enseñadas por Blavatsky, bajo seudónimos exóticos para ocultar sus auténticos nombres de la inteligencia británica, amén de darles un atractivo místico y comercial. Sus nombres y actividades fueron las siguientes: Maestro "Chohan": fue Baba Khem Singh Bedi, un guru sikh por herencia y envuelto en conspiraciones anti-inglesas. Maestro "Hilarión": fue Otón Liatto, un mago chipriota. Maestro "Koot Hoomi": fue Sirdar Thakar Singh Sabha. Maestro "Morya": fue Ranbir Singh, maharaja, estudioso del hinduísmo revolucionario y ocultista involucrado en la alquimia y ciencias ocultas de la India. Maestro "Djwal Kul" (El Tibetano): fue Sirdar Dayal Singh Majithia, periodista y líder político. Nombre auténtico de los supuestos maestros de los "siete rayos" EL RAYO AZUL El Morya: Ranbir Singh, maharaja EL RAYO AMARILLO Kuthumí: Sirdar Thakar Singh Sabha EL RAYO ROSA Maestra Señora Rowena: Personaje de la novela "Ivanhoe" de Sir Walter Scott EL RAYO BLANCO Serapis Bey: Lucy Littlejohn EL RAYO VERDE Hilarión: Otón Liatto EL RAYO RUBÍ Maestra Nada: Lakshmi (diosa hindú ¿?) EL RAYO VIOLETA Maestro Saint Germain: Conde de Saint Germain Conclusión: Para concluir podemos decir que posiblemente algunos de estos personajes, principalmente los de línea hindú, podrían haber sido, uno que otro, un maestro practicante de algún yoga o un despierto a nivel de Consciencia o porque no, un ser ascendido encarnado, cuya percepción vibraba a nivel de tercera dimensión unificada y como todo buen maestro, de línea yoguica o de alguna otra disciplina, tenía poderes, que le permitían llevar a cabo ciertas hazañas. Pero que estos Maestros fuesen ascendidos al nivel de que con cuerpo físico y todo, pasaran a habitar el quinto espacio vibracional (quinta dimensión), es otro tema, completamente distinto. Estas personas eran de carne y hueso, con defectos y virtudes como todo el mundo, la mayoría estaba involucrado en cuestiones políticas y de ascendidos no tenían nada. Salvo uno que otro, después de fallecer, paso a habitar la región superior del plano astral y desde ahí ha logrado comunicarse con canalizadores, que han recibido sus enseñanzas, como el ejemplo del Maestro Saint Germain y las enseñanzas del “Yo Soy”. Este maestro con cierta nobleza, ha logrado un cierto nivel de maestría, pero, aun así, ha quedado atrapado he identificado, con el “Yo Soy” o el “Sí”, como se le conoce a este concepto, en la India, por tal motivo, un espíritu, por más que tenga buenas intenciones, no te podrá guiar adecuadamente y menos que logres tu ascensión, real y auténtica. Obviamente la gente en general, siempre ha colocado las esperanzas en seres perfecto casi dioses y, por ende, han mal interpretado y convertido las manipulaciones de otros, en creencias para la salvación espiritual y divina. Partiendo por esa base, la necesidad de Maestros Ascendidos es tal, que, como la pólvora, esto se propago de forma rápida he intensa a través de los años, hasta los días de hoy. Hay que tomar en cuenta que los Arcontes también hicieron de las suyas, por una parte, aprovechándose de las ilusas creencias de la gente a través de sus egos y, por otra parte, creando más maestros y complementos de los mismos, para así manipular la mente de los canalizadores de estos y de todas las personas posibles. Seres ascendidos son muy pocos, Babaji es uno de ellos y su hermana Mataji, existe una gran documentación del mismo, incluso La Virgen María Madre de Jesús, fue una auténtica maestra ascendida que logro habitar en la quinta dimensión y desde allí, cumple funciones de amor y sabiduría. Por eso invito a todo lector a investigar, cada vez más y más. Misael Godoy Booth.
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