La auténtica espiritualidad más allá del engaño espiritualEn varias oportunidades he hablado sobre la auténtica espiritualidad, aquella que no puede ser representada por cosa alguna, hasta la escritura más hermosa, el Dharma (enseñanza) más envolvente y sabio, no podría etiquetar, clasificar o representar la “Nada y el Todo”. Esta espiritualidad no está en ningún caso cerca, ni siquiera ante la más perfecta aproximación de la verdad, porque la espiritualidad que las personas, instituciones, organizaciones, Ashram, enseñanzas, tradiciones, religiones, actividades como talleres, seminarios, cantos a la pachamama, mantras, oraciones, plegarias, mudras, sistemas meditativos, conexiones con otras realidades, canalizaciones, rituales, formulas por doquier, terapias y un sin fin de actividades que en realidad no son necesarias, salvo para aquel que desde la dualidad, sostiene la creencia en dichas actividades. En efecto para poder saber de qué trata realmente la espiritualidad y no una mera creencia emocional o producto de un pensamiento devocional, tenemos que dirigirnos hacia la atención total en lo que realmente somos (naturaleza esencial), partiendo por esta base, sabremos y comprenderemos lo que realmente somos y de que estamos hechos hasta cierto punto. La verdadera espiritualidad consiste en “atención”, por ejemplo si coloco toda mi atención en lo que soy, en ese poder presencial, vacío, vacuidad, naturaleza esencial, también conocida como la Nada y no desvío mi atención de esa Nada, entonces en ese caso podríamos hablar de una consistente y real espiritualidad. Pero si la desvío, aunque sea un milímetro de lo que soy, tal efecto y espiritualidad, se desvanece haciendo que la persona vuelva a percibir y sentir la realidad, desde la dualidad y no más allá de ella. Que mejor ejemplo cuando a través de YouTube, en la hora y minuto 3:13:03, 04, 05, 06, en la película Jesús de Nazareth (https://www.youtube.com/watch?v=gbCGuec3YSQ), la atención total en ese momento en sí mismo, es espectacular y de hecho, si se hubiese desviado un “milímetro”, por dar un ejemplo, no hubiese podido concretar, la multiplicación de los panes y los peces, incluso al nivel de la actuación, tamaña concentración permitió que tal escena fuese magistral, en ese momento. Entonces es justamente a esto a lo que me refiero, que la espiritualidad, como te la han hecho creer, la han divulgado y obviamente mal informado, no es real, porque para que sea auténtica, ha de existir una gran dosis y cada vez mayor, de atención y por este término, no me refiero a la tan conocida y divulgada, Mindfulness (atención plena), porque esta es aún objetivable y a la que yo hago referencia, es sin objeto alguno. De hecho es completamente relajada, desprendida y libre de toda identificación. Por espiritualidad no me refiero a meditar un poco y sentir una especie de felicidad y un estado de Consciencia el cual, se puede expresar o gritar a los cuatro vientos, a lo que me refiero en verdad es que, en esa atención total sin objeto u objetivo alguno, pero libre de toda identificación, se produce un vacío y un silencio tan grande en uno, que es eso lo que realmente se expresa, sin la necesidad de que exista la más mínima intención, de querer expresar, tal vivencia en sí. Entonces cuando las personas dicen ser espirituales, no es que estén totalmente erradas, pero no es la auténtica espiritualidad, porque la verdadera, carece de toda identificación, intención, y de lo que sea, ya que es mera emocionalidad o sea una identificación con tales emociones como la felicidad, la alegría, pasajera (existe la felicidad, la alegría, la plenitud, sin objeto, clasificación o identificación alguna, y esto último es parte de la verdad). Ahora vivir con un nivel de atención total en uno y a su vez, llevar una vida cotidiana, no es tan fácil, salvo para el que le agarra el hilo o aprende y va obteniendo maestría en el arte. Se puede hacer, de hecho yo lo logre y enseño este magistral arte, incluso poner toda nuestra atención en uno mismo, de forma libre y desprendida, nos permite ir a más y me refiero a un nivel de frecuencia vibratoria, bastante interesante. Hacerlo es fácil y lograrlo también, pero sostener tal “estado sin estado”, requiere un poco más de nosotros o sea, esa exquisita maestría. Si tienes consultas, no dudes en llevarlas a cabo, con gusto en su momento responderé. Misael Godoy Booth.
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