Mentiras de la Nueva Era: Maestros Ascendidos, nuevos dioses, nuevas falacias. Parte 9.EN 14 MAYO, 2016 POR RAMÓN E MORALES C. La Gran Hermandad Blanca es una presunta organización secreta de seres inmortales con supuestos poderes sobrenaturales llamados Maestros Ascendidos. Algunos humanos mortales también forman parte de esta organización clandestina: los chelas (discípulos) de los maestros y los mensajeros oficiales de la Hermandad [1]. Los primeros reportes de la existencia de esta Hermandad se remontan a los libros de Madame Elena Petrovna Blavatskaya, ocultista y clarividente rusa, cofundadora de la Teosofía en el siglo XIX. Esta enigmática mujer fue la primera en describir a los primeros Maestros Ascendidos que se dieron a conocer, sus nombres y parte de sus biografías [2]. Madame Blavatsky aseguraba que ellos se ponían en contacto con ella telepáticamente y por medio de esta capacidad dictaban sus enseñanzas. Madame Blavatsky nunca dio evidencias de la existencia de sus amigos invisibles. Según ella, ellos se hacían invisibles a voluntad y tenían escondites secretos en los cuales “vivían” ocultándose de los mortales. La Gran Hermandad Blanca existe (supuestamente) desde hace miles de años y su presunta misión es velar por el desarrollo espiritual del ser humano en la Tierra [3]. Los maestros que supuestamente se ponían en contacto con la Blavatskaya no eran rubios. Eran morenos (esto es piel blanca, cabellos negros o castaños), con ojos oscuros o claros. ¿Por qué entonces después aparecerían tantos Maestros Ascendidos rubios? ¿Por qué no hubo desde el principio un Maestro Ascendido negro? Madame Blavatsky era rusa. El objetivo de sus libros y enseñanzas eran los lectores europeos y luego los ingleses viviendo en la India. Este simple hecho del contexto explica por qué sus maestros no eran rubios: durante el siglo XIX en Europa todavía reinaba el exotismo que el romanticismo había hecho popular durante el siglo anterior. Ese exotismo exigía siempre mostrar ciertas razas subasiáticas y subsemíticas como algo fascinante, pero nunca incluir la raza negra, que para la Europa del momento era una raza de categoría inferior. En ese momento el antisemitismo ya era más o menos fuerte en Europa, pero como el propósito del ocultismo teosófico era unificar teóricamente las principales religiones mayoritarias, es casi seguro que Madame Blavatsky no participase de ese antisemitismo. El resultado: el maestro Morya parece descender de alguna subrama persa o mestiza hindú; Djwhal Kul y Koot Hoomi parecen descender de familias semíticas o árabes; y Saint Germain representaba los tipos no caucásicos de Europa, los blancos rusos eslavos y los morenos del este de Europa, que eran los más familiares para Madame Blavatsky, y los más exóticos para los lectores románticos del momento [4]. |
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